Shitsurengo, Kenaku Datta Osananajimi ga Sato Kashi Mitai ni Amai ~ Sugar After Bitter ~ - Capítulo 01 - El calor del sol en medio de la tormenta
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- Capítulo 01 - El calor del sol en medio de la tormenta
Mi corazón se rompió en silencio.
Eso fue todo lo que hizo falta. Fue una experiencia que me mostró lo insignificante que se ha vuelto mi vida, como si nada de lo que tenía tuviera algún valor.
Tal vez cuando sea un poco mayor, podré vencer esta amarga sensación de vacío. Podré borrar estos acontecimientos de mi vida.
Pero al menos por ahora, no podía soportar algo tan devastador. La vida me había atrapado sin estar preparado.
Ha pasado una semana desde que me dio esta fiebre, el puro shock del incidente me llevó a este estado, dejándome incapaz de levantarme de la cama.
“No creo que podamos estar juntos, no quiero que dependas de mí”.
Ella me dijo esas palabras, y luego me dejó rápidamente como una corriente de aire que se desvanece.
Esas fueron las palabras que se quedaron en mi mente, siempre que recuerdo su voz, me produce un fuerte dolor en el corazón.
—…patético.
No quiero caer en la compasión, en esos comportamientos tan masoquistas.
Sin embargo, una cosa que he aprendido es que el daño a la mente se refleja en el cuerpo, en una medida mucho mayor de lo que uno creería posible.
Después de todo, en mis 16 años de vida, ninguna enfermedad me ha afectado tanto como esta fiebre.
Rin-Rin.
Mientras me quedaba atrapado en mi mente, escuché el timbre de la puerta.
El destino me hace una broma cruel, llamando a un visitante a mi apartamento cuando cualquier movimiento es una tarea titánica.
Decidí ignorarlo, pero el timbre sonaba repetidamente, y el teléfono bajo mi almohada vibraba, sonando con claridad entre el ruido provocado por el timbre.
Vi una notificación en la aplicación PINE.
El nombre decía Kokoa Shirayuki y un mensaje que decía: ¿Estás fuera?
Kokoa Shirayuki.
Habíamos sido amigos cercanos durante toda nuestra infancia, o, mejor dicho, era mi mejor amiga, al menos así era hace un año.
Sí, nuestra amistad era una cosa del pasado, no un asunto del presente.
Empezó a odiarme repentinamente, por una razón que no pude averiguar pensando por mi cuenta, pero debido a sus acciones, nos distanciamos.
Vamos al mismo instituto, pero no nos hablamos.
Incluso éramos vecinos, pero a pesar de eso, nunca hablamos.
Aunque nos vimos muchas veces, nunca hablamos.
Creo que ha pasado un año desde que dejamos de hablar. No entendía por qué me visitaba.
Forcé mi débil cuerpo, arrojando la cobija y arrastrándome hasta la puerta principal.
Y abrí la puerta.
—¡Wa!, (Se asustó y dio un paso atrás).
—¿No es de mala educación gritar a la gente en la cara?
—Porque no esperaba que se abriese tan rápido.
Agitando su larga coleta doble, Kokoa llevaba su uniforme escolar. Discutió con impaciencia.
Como llevaba su mochila escolar en la mano, probablemente vino directamente aquí sin detenerse en su habitación.
—¿Has dormido bien?
—Estaba despierto. No me sentía lo suficientemente bien como para dormir… Entonces, ¿qué necesitas?
—Umm…
Hubo un crujido.
Cuando miré su origen, vi una bolsa de plástico en la mano de Kokoa, con una verdura verde y ramificada asomando por ella… ¿Era una cebolla verde?
—… He oído que has estado ausente de la escuela durante mucho tiempo, así que…
¿Qué pasa? Te estás olvidando del tema.
Kokoa me trajo algo de comer. ¿Podría ser que ella está tratando de…
—Estoy aquí para cuidarte.
—¿Qué ……?
Accidentalmente dejé que mis pensamientos se escaparan de mi boca.
—Es decir… estoy aquí para cuidarte. Por el momento, debe ser difícil para ti estar de pie con la fiebre alta. No te preocupes por mí. Ve a dormir un poco. ¿Ya comiste?
—No, no, no, espera un momento. No comprendo por qué me estás cuidando de repente.
—Acabo de enterarme de lo tuyo en la escuela. Me enteré de que llevabas una semana sin ir al colegio. Es normal preocuparse cuando mi vecino de al lado ha estado ausente tanto tiempo.
—Es verdad, pero…
—Me iré si te molesta.
Fue un poco incómodo, pero ella no era una molestia. De hecho, me hizo mucha gracia su cuidado porque no me quedaba nada de comida aquí.
—… ¡No, por favor! Eres bienvenida aquí.
—Discúlpeme por molestar.
Volví a mi habitación mientras ella dejaba sus zapatos a un lado y me seguía.
…quiero decir espera.
Tal vez fue la fiebre alta la que desordenó mis pensamientos, pero no me había dado cuenta de los problemas a los que me enfrentaría al permitirle entrar.
En primer lugar, mi habitación estaba muy sucia porque había pasado muchos días sin limpiar.
Además, mi ropa interior y otras prendas estaban esparcidas por el suelo, dejándolo hecho un desastre.
Y…
Te consentiré hasta que muera… Hermosa Onee~san h**l edición ~Grité Babuu en el fin del mundo~.
—Ya veo, ¿es este el tipo de mujeres que le gustan a Yū hoy en día?
—¡Gaaaaaaahhhh!
Por último, el libro erótico que había estado leyendo antes de quedarme dormido quedó al descubierto encima de mi cama.
—Sabía que te gustaban las chicas mayores, pero no me di cuenta de que estabas tan solo…
—No. Eso me lo dio un chico de la clase. No actúes como si fuese mío.
—No te odiaré por ello. Cada uno tiene sus propios gustos después de todo.
—No tienes que preocuparte, no es mío, confía en mí, por favor.
—Es una broma. Vamos a mantenerlo alejado.
—¿No me crees…?
—No pasa nada. No te encuentras bien. Vete a la cama y descansa un poco.
Kokoa me miró fijamente, su mirada transmitía el intenso desprecio que sentía en ese momento.
No, en serio, ¡No tengo ese tipo de gusto!
Gritando una y otra vez en mi mente, me arrastré hasta la cama.
Cogió los libros que estaban tirados por la habitación y los ordenó en una pila. Y después de esconder las cosas que no debían verse, se sentó en la cama.
—Me conoces bien.
—Yū Sawatari, 16 años. Eres un estudiante de segundo año de secundaria del instituto Tsukigaoka. La mejor escuela de este distrito. Vives solo en un apartamento de dos habitaciones. Tu tipo de chica favorita es una hermosa Nee~san que te mime hasta la muerte. Tu frase favorita es Babuu…
—Te digo que eso es un malentendido. Y no hables de mis gustos.
—Me alivia que tengas suficiente energía para hablar.
Kokoa continuó con su trabajo de forma directa.
—Nos conocemos desde hace más de diez años, nunca lo olvidaré. Hemos vivido uno al lado del otro durante mucho tiempo. Y lo que es más importante, ¿cuánto tiempo vas a estar así? Por favor, descansa un poco. No te ves bien.
—No, no me siento cómodo acostado mientras una chica hace todo ese trabajo.
—Duerme un poco. Duerme ya. Vamos.
—Está bien.
Me metí en la cama.
Estaba siendo reservado, pero no tienes nada que decir con tanta fuerza.
—No es algo para avergonzarse ahora.
—No me vengas con eso, hace mucho que no me hablas. Creo que fuiste tú quien empezó a evitarme. Pensé que me odiabas.
—Es que no hemos podido hablar. Estamos en la misma escuela, pero estamos en diferentes clases, no estamos en el mismo club. No te visito sólo porque vives al lado de mi casa, y no te visito sin una razón. ¿Tenemos una razón para hablar?
—¿Qué hay del pasado? Hablábamos todo el tiempo sin ninguna razón.
—No es precisamente un hecho raro que las relaciones se desvanezcan con el tiempo.
—Bueno, supongo que sí.
Hay muchas personas que pueden haber sido amigos íntimos que se convirtieron en extraños sólo por cambiar de clase, y los mejores amigos también pueden convertirse en extraños sólo por cambiar de escuela.
No sólo Kokoa había dejado de hablar conmigo, aunque fuéramos al mismo instituto.
Bueno, tal vez es así como funcionan las amistades.
Funcionan como la marea, acercándose a ti y volviendo al mar en busca de otros, las amistades pueden ser alegrías temporales que el hombre siente en el momento, rompiéndose con la misma rapidez con la que se hacen.
Lo he experimentado recientemente.
—¿Ya comiste?
—No, pero no tengo mucho apetito.
—¿Tienes fiebre?
—Sí. Pero por suerte, no tengo un resfriado.
Mmm, Kokoa inclinó la cabeza, apoyando la barbilla sobre las manos, sumiéndose en un profundo pensamiento.
—Necesitas ponerte algo en el estómago para tomar las pastillas, ¿verdad? ¿Quieres comer algo?
—Sólo un poco de cualquier cosa. Espera, no tienes que ir tan lejos.
—Tu situación es lo suficientemente mala como para que vaya tan lejos. Si entiendes eso, entonces cállate y descansa. Es molesto cuando te resistes a la amabilidad de alguien.
—Ugh…
Elegí callarme después de que Kokoa dijera eso.
—Tengo que tomar prestada tu cocina.
Con esas palabras, Kokoa tomó la bolsa de plástico y fue a la cocina.
Estoy muy agradecido por lo que está haciendo, pero todavía estoy confundido sobre por qué haría esto por mí.
Estuvimos distanciados durante mucho tiempo. Aunque solíamos ser buenos amigos, no habíamos hablado durante un tiempo. Creo que se enteró de la noticia, y ahora está mostrando simpatía por mí.
Oí el sonido de los ingredientes picados que salían de la cocina.
Recordé los momentos del pasado en los que Kokoa solía cocinar para mí de esta manera. A menudo venía a mi casa, para practicar a cocinar.
Los días en que éramos amigos íntimos.
Las veces que íbamos a por bocadillos después de la escuela, y el tiempo en que hablábamos de los clubes a los que queríamos unirnos, sólo para terminar uniéndonos a otros diferentes.
En algún momento, encontré mi primer amor, y antes de darme cuenta, dejé de hablar con Kokoa. Luego, el tiempo se encargó de nuestra relación y nos distanciamos.
Oh, pero al menos ella no me odia… ¿verdad?
Cuando recordé aquellos recuerdos, un cálido sentimiento me inundó, tapando el profundo agujero que quedaba en mi corazón.
Mientras me ahogaba en esa calidez, mi conciencia se fue difuminando poco a poco y mi cuerpo acabó por dormirse.
Al cabo de un rato, me desperté. Acababa de darme cuenta de que había un visitante en mi habitación, y disparé mi cuerpo hacia arriba en respuesta a esa repentina realización.
Entonces, con un ruido sordo, algo golpeó mi cabeza.
—Duele…
Oí a Kokoa gritar.
Parece que había golpeado mi cabeza contra su cara.
—Eh, lo siento. No esperaba que estuvieras aquí.
Kokoa me miró, con los ojos humedecidos por las lágrimas mientras se llevaba las manos a la nariz en un intento de disipar el dolor.
—No, no, es mi culpa. Me descuidé. No esperaba que te levantaras tan rápido.
—… ¿Te duele?
—Sí, sí… Oh, sí. La cena está lista. Deberías comer.
—Oh, de acuerdo.
Kokoa entró en pánico y se fue a toda prisa.
Por cierto…. ¿qué estaba haciendo ella ahora?
***
Kokoa me preparó un plato de gachas.
No era un sencillo de arroz con poco esfuerzo. Estaba adornado con huevos, shiso y una pequeña cantidad de pollo, debió costar mucho trabajo.
Había un ligero olor a jengibre, que daba al sabor un toque de salinidad, pero mi estómago era débil y mi cuerpo estaba destrozado por la fiebre, dejándome sin apetito. Era la comida más adecuada para mí… ayudaba un poco a mi cuerpo, pero saber el esfuerzo y el cuidado que ella ponía sanaba aún más mi mente.
—Delicioso.
—Es bueno escuchar eso.
Kokoa respondió de forma monótona, como si no le importaran mis pensamientos.
Sin embargo, no dejaba de mirarme fijamente, lo que me dificultaba comer.
—¿De verdad es tan interesante verme comer?
Kokoa se dio cuenta y apartó la mirada.
—…Sí. Pones una cara muy rara.
—¡En serio! No creo que mi cara sea tan mala.
Supongo que la próxima vez tendré que comer mirando un espejo para arreglar eso.
—Dejando eso de lado, ¿podrías decirme? ¿Realmente cocinas en casa, cómo sobrevives? no veo ningún ingrediente en la nevera.
—La verdad es que no, es un problema estos días. La mayoría de las veces son fideos de taza. No es que no sepa cocinar. A veces lo cocino con arroz común.
—Entonces, ¿me estás diciendo que has estado viviendo a base de fideos de taza y cuencos de arroz?
—No, a veces son fideos redondos con arroz. También lo mezclo con croquetas a mitad de precio.
—Por el amor de Dios, compra algo de natto y huevos en la tienda. Consumir sólo los carbohidratos no es bueno para tu salud. No tendrás la nutrición adecuada si no comes bien. Y no tendrás energía para hacer nada si tu situación empeora.
(Como esta vez…)
—Incluso tu habitación está sucia. Es fácil enfermarse en este ambiente. Tienes que limpiarla regularmente.
—No tienes que ser tan cruel con un enfermo.
—Hace tiempo que no vengo por aquí, así que estoy tentada de hacer algunos comentarios. Bueno, supongo que tendrás que volver a ponerte en forma. Cuando te recuperes, déjame limpiarlo.
—¿Qué quieres decir con que lo vas a hacer?
—No vas a limpiar todos esos lugares, ¿verdad? Además, deberías hacerte un examen médico.
—Oh… no iré al hospital.
—¿Has estado allí?
—No.
Ni siquiera pensé en ir al hospital porque supuse que solo era un corazón roto.
—Sabía que dirías eso, después de todo Yū, sé mucho de ti.
Kokoa solía decir esas frases…
—Creo que hace tiempo que no oigo eso.
A menudo especulaba algo sobre mí, y lo decía con mucho orgullo.
—Porque hace tiempo que no hablo contigo.
—¿Es así?
Jaja, ella ríe.
¡Oh, sí! Así es.
Hablamos después de mucho tiempo. Casi había olvidado el tema por la tranquilidad con la que nos comportamos ahora, como si todo ese tiempo que pasamos separados no tuviera importancia.
Después de terminar las gachas y tomar mis pastillas, Kokoa tomó los platos del fregadero y comenzó a lavarlos.
—No tienes que lavar los platos por mí.
—Me molesta. Es una porquería si se deja que se pudra en el fregadero. Deberías descansar.
Finalmente, Kokoa terminó de lavar los platos y dijo mientras abría la nevera.
—He dejado una bebida deportiva y un poco de gelatina de fruta dentro. También hay un paquete de arroz que he comprado por si acaso. He cortado los ingredientes sobrantes en trozos y los he metido en un tupper, para que puedas cocerlos juntos en agua caliente y comerlos como gachas.
—Espera, espera, ¿has comprado todo eso para mí?
—Ya sabes, pensé que una sola comida no era suficiente para una persona enferma como tú.
(Silencio)
—Gracias, pero ahora no tengo dinero en efectivo, ¿puede esperar hasta mañana?
—Acabo de comprarlo para un enfermo. Si quieres devolver el favor, entonces deberías comprar algo para mí la próxima vez.
—Te voy a comprar un buen té de burbujas.
—Preferiría un helado. Bueno, para pagarme, tendrás que recuperarte pronto.
Después de decir eso, Kokoa se levantó.
—Bueno, será mejor que me vaya a casa ahora. Si me quedo demasiado tiempo, sólo empeorará tu estado.
—No quiero que te contagies de mi enfermedad.
—Me lavaré las manos y haré gárgaras cuando llegue a casa, así que no te preocupes. Entonces, adiós.
Kokoa sale de la habitación.
Tras despedirme de ella, cerré la puerta y me metí de nuevo en la cama.
Durante un rato, me quedé mirando una ficha familiar en el escritorio regalada por mi ex novia. Ahora mi mente estaba lo suficientemente estable como para no sentirse desconcertada al mirarla directamente.
Apagué la luz, cerré los ojos y una oleada de somnolencia me golpeó inmediatamente, ya fuera por la comida o por la medicación.
La agitación por la que había pasado mi mente acabó por desvanecerse, y descansé mi conciencia dentro del dulce paisaje que me atrapo lentamente.
***
Volví a casa y por instinto fui al baño a lavarme las manos, y justo cuando iba a abrir el grifo, mi cerebro me detuvo.
Dejé de girar el grifo, negándome a hacerlo, cada centímetro que mi cuerpo quería girar se encontraba con una fuerza mayor de mi mente, que se negaba desesperadamente a dejar que el agua lo arrastrara.
No quería perder esta sensación, este calor que sentía en mis manos.
Cogí su mano cuando dormía.
No, ya me había lavado las manos mientras cocinaba, pero aún podía sentir un poco de calor persistente de ese toque.
Me froté la punta de la nariz donde Yū se golpeó la cabeza.
No estaba haciendo algo malo de todos modos… ¿no? El solo hecho de mirar su cara de sueño hizo que mi corazón se agitara, pero se despertó de repente y me golpeó la cara.
Sentí como si el tacto de Yū se mantuviera aún contra ese lugar.
—Oh Dios, ¿qué estoy haciendo?
Me lavé las manos e hice gárgaras para prevenir la enfermedad. Lavarse las manos es importante. Sería una tontería si me enfermara por esto.
—Ha~
Cuando volví a la sala de estar, la habitación de ocho colchones se sentía terriblemente sola.
Mi madre me había dicho que este apartamento era demasiado grande y solitario.
Este apartamento de dos habitaciones era demasiado lujoso para que una estudiante de secundaria viviera sola, era propiedad de mi madre.
Hace seis meses, cuando ella se trasladó a Estados Unidos por motivos de trabajo, yo, egoístamente, me quedé aquí. Mis amigos estaban aquí y, lo que es más importante, el traslado al instituto habría sido una carga demasiado pesada.
No pensaba ir a la universidad allí, así que sería mejor para mí quedarme.
Tuvimos una charla sobre mis estudios, pero seguí insistiendo en quedarme aquí, lo que no le dejó otra opción que aceptar mi petición.
Era la casa de mi madre, y saber eso me hacía sentir mucho más segura que si me quedara en un apartamento alquilado de unos desconocidos.
De todos modos, gracias a eso, sigo viviendo en este apartamento, en esta habitación junto a Yū.
“No me vengas con eso, hace mucho que no me hablas. Creo que fuiste tú quien empezó a evitarme. Pensé que me odiabas”.
Recordé lo que había dicho antes.
—Es cierto. Te odio. Realmente te odio.
Porque te habías enamorado de otra persona.
Cuando hablábamos, mi pecho se sentía pesado, era tan doloroso que el mundo se sentía sombrío, como si el viento que pasaba me arrastrara a algún lugar desconocido.
Entonces decidí evitarlo y odiarlo para no tener que sufrir más.
Al menos así era antes… pero ahora…
—… ¿Pero ¿qué estoy haciendo?… ¡Sheesh!
No sé por qué me enamoré de un tipo así.
Nacimos el mismo día en el mismo hospital, vivimos uno al lado del otro, y jugamos juntos.
Si sólo fuera eso, quizá no me habría enamorado tanto de él.
Cuando era niña, era callada y los chicos se burlaban a menudo de mí.
“Oye, Shirayuki es una muñeca, ¿no? Deja de actuar como si fueras un humano”.
Yo estaba en segundo grado en ese momento.
Los niños de esa edad tienen una forma de jugar abusando inocentemente. No es diferente de la forma en que lo hacen en el patio de recreo.
Y como el que recibía ese abuso era un niño, no podía considerar cosas como la simplicidad y la infantilidad de la broma, quedando herido por las palabras aparentemente simples.
En aquel momento, me sentí herida por las palabras infantiles. Hice lo posible por ignorar a esos chicos porque se aprovecharían de mí si permitía que se notara demasiado, pero nunca dejaron de atacarme.
Yū, que por casualidad vio la escena, le dio un puñetazo al niño que se burlaba de mí.
Por supuesto, empezó una pelea.
Había tres chicos que se burlaban de mí en ese momento, así que se convirtió en una lucha de tres contra uno. Por supuesto, Yū, en desventaja numérica, perdió la pelea, pero después de ese día, esos chicos no se burlaron más de mí.
Después de que la pelea terminara.
“¿Por qué hiciste eso?” -pregunté-.
“Tuve ganas de hacerlo”.
Eso no es todo.
Tres años después, cuando estaba muy deprimida tras perder a mi padre, Yū me llevó a un famoso parque temático, que estaba a más de una hora en tren. Todo lo que hizo y pagó fue con sus propios ahorros, que había rebuscado y guardado desesperadamente durante años.
Le pregunté por qué había hecho algo así por mí, tratando de ocultar las lágrimas que estaban a punto de derramarse, y me contestó,
“No lo sé, me apetecía”.
(Tal vez Yū esté interesado en mí).
Esos pensamientos brotaron dentro de mi corazón.
A medida que pasaba el año, mis sentimientos por él se hacían más profundos, y me convencí egoístamente de que yo también le gustaba.
Cuanto más pensaba en ello, más comenzaba a pensar en él.
Mirando hacia atrás, creo que me equivoqué.
No era Yū el que estaba enamorado de mí, sino yo la que estaba enamorada de él, y yo tomaba cada acción suya para apoyar mis propios sentimientos mientras me negaba a mirar lo que no quería ver.
Y hace dos años me enfrenté a esta realidad.
Después de entrar en la escuela secundaria, lo vi en el camino a casa después de la escuela, charlando amablemente con una estudiante de último año que no conocía en el camino a casa de la escuela.
Conozco más a Yū que a cualquier otra persona. Así que lo noté de inmediato.
Le gusta esta senpai.
Mi premonición fue acertada, como debe ser, y él decidió ir al mismo instituto que esta estudiante de último año, y tras confesarle sus sentimientos, empezaron a salir.
Era como si no pudiera verme, mientras yo iba al mismo instituto con él.
En ese momento, yo ya estaba distanciada de Yū.
No, para ser exactos, siempre lo veía, pero trataba de mantener la distancia con él tanto como fuera posible.
Yo convertí mi amor por él en odio.
No.
Estaba bajo la ilusión de que había cambiado.
***
Al día siguiente, mi cuerpo estaba en perfecto estado de salud y me sentí como un loco al saber que ayer apenas podía estar de pie.
Después de la constante insistencia de Kokoa, finalmente me convencí de ir a un examen médico en el hospital el día de hoy.
No entiendo muy bien lo que estará pensando.
No dudé de que todavía estaba haciendo algunos comentarios sarcásticos en su mente. La conozco muy bien. Después de todo, somos amigos de la infancia. Pero, aun así, no podía tener una imagen clara de lo que realmente estaba sucediendo.
Bueno… antes de cualquiera de estos pensamientos, la comida es la prioridad.
Cogí el arroz envasado y los ingredientes precortados y preparé el desayuno de hoy.
Esta vez sí que agradecí su amabilidad. Le envié un mensaje en LINE para decirle que me sentía mejor y que me dirigía al hospital.
—Ya veo.
No me di cuenta de que en realidad había aumentado mis expectativas, pero antes de darme cuenta, esa corta y distante respuesta hizo que un sentimiento de decepción brotara en mí.
Supongo que sigue enfadada conmigo.
Bueno, como dijo Kokoa, las relaciones y los sentimientos de amor y cariño hacia los demás pueden cambiar de muchas maneras con el paso del tiempo.
En el hospital me diagnosticaron un “resfriado por fatiga” y me dieron algunos medicamentos para el resfriado. El médico me dijo que podía ir a la escuela, ya que me había bajado la fiebre.
Era por la tarde. Caminando por las calles desiertas, llegué a la escuela, que estaba inusualmente tranquila.
Sintiéndome un poco superior a los demás alumnos que recibían clases en el aula, abrí la puerta de la clase 2-3.
—El río Asuka, donde el agua del río está estancada, parada, una niebla interminable, incapaz de comprender, no es el amor… Y, oh…
Nuestra profesora de aula, Kamishiro-sensei dejó de leer el libro de texto y sonrió felizmente.
—Oh- me alegro. ¿Ya te sientes mejor? Estaba preocupada por ti.
—Sí, lo siento.
—El trabajo de una profesora es preocuparse por sus alumnos. Quédate tranquilo. Te llevaré al más alto nivel con mis Lecciones Extra de Alta Calidad.
—Ja, ja, gracias.
Respondo a la actitud demasiado enérgica de mi profesora de aula retirándome un poco y dirigiéndome a mi asiento en la parte más trasera de la ventana.
—Joder, qué demonios, este no es el trato que esperaba. ¿Quién saluda a sus alumnos de forma tan amistosa?
Cuando llegué a mi asiento, Kazama, que estaba sentado a mi lado, me llamó.
—Nacchan-sensei estaba preocupada por ti. ¿No deberías ser más cortés con ella?
La profesora vestida de kimono se llama Natsume Kamishiro, de ahí que su apodo sea Nacchan-sensei.
No hay ningún significado especial detrás de él, aunque se le llama así porque trata a todos los alumnos de forma amistosa. Es nuestra forma de tratarla como a una amiga a la vez que la respetamos como nuestra sensei.
—Me estoy portando bien. Estoy enfermo, no te preocupes por mí.
—Que te jodan. No voy a permitir que ignores la simpatía de nuestra hermosa maestra. No sabes lo que es estar preocupado y molesto por una hermosa maestra. Trato de vivir mi vida de tal manera que Nacchan-sensei tenga que cuidarme.
—Eres un terrible estudiante.
—Jaja. Si pierdes tu oportunidad ahora, nunca recuperarás tu juventud. Sólo tienes una oportunidad para ser joven. Sólo apunta a la cima, hombre.
—¿No está distorsionada tu definición de juventud?
Kazama es un delincuente y un nerd. No puedo seguir su ritmo, pero supongo que es un tipo que no puede renunciar a sus delirios.
En cualquier caso, vuelvo a mi vida de instituto.
—Yucchi, ¿te sientes mejor?
Después del cuarto período, una compañera de clase se acercó a mi asiento, agitando su característica cola de caballo.
La hermosa chica que me llama Yucchi, es Hotaru Kasugai.
Tiene una personalidad inocente y alegre, una chica optimista. Tiene un corazón gentil como el de Buda. Se preocupó cuando estuve enfermo, a pesar de que soy una persona aburrida y sombría.
—Gracias a ti. Gracias por preocuparte por mí.
—Oye, oye. ¿No hay un personaje llamado San Kyu*? Yucchi, eres gracioso.
*[NT: 39/ Hatsune Miku, En japones, el número 3 se pronuncia “Mi (み)” y el número 9 “ku (く)”, por lo que se pronuncia “Miku”, otra pronunciación es del 3 como “San (さん)” y el 9 “Kyuu (きゅう)”, combinados dicen “Sankyuu”, el cual es similar a “Gracias” en inglés.]
Kasugai se burló. Su tono ligeramente burlón era amistoso, pero oí que mucha gente malinterpretó su actitud.
Mientras hablaba con Kasugai, Kazama a mi lado también se unió.
—Sawatari, vamos a la cafetería de la escuela a comer algo. Y Kasugai, ¿quieres venir con nosotros?
—¿Qué debería hacer? Ya he decidido comer con mis amigos.
—Está bien. Entonces vamos, Kazama.
Salgo del aula con Kazama.
—Ah…
Vi una cara familiar…
—¡Kokoa! Me alegro de verte. ¿Estás aquí por alguien? O tal vez…
—¡No, no es así! ¡No he venido a ver a Yū! Sólo estaba un poco preocupada…
Kokoa, después de tantear y entrar en pánico, se apresuró a salir corriendo del lugar.
—Hey, ¿no es Shirayuki? Sawatari, ¿conocías a esa chica?
—Somos amigos desde la infancia. ¿La conoces? ¿Estabas en la misma clase que ella el año pasado?
Este año Kazama y yo estábamos en la misma clase. No lo sé, pero puede que estuvieran en la misma clase.
—¡No! Estaba en otra clase, pero es tan popular entre los chicos como Kasugai, de nuestra clase. Algunos la llaman Blancanieves por su belleza y su apellido.
—¿En serio? ¿Quién le puso un nombre tan vergonzoso?
—¿No es genial tener un título así? Déjame decirte hermano… El culpable está delante de ti.
—¿Tú?
—Todavía no puedo pensar en un nombre adecuado para Kasugai. ¿Tienes una buena idea para un nombre?
No me importa.
Pero, Kokoa es muy popular, ¿eh?
Bueno, ella es linda y amigable. Pero, ella fue fría conmigo. Tal vez, ella es como un gato de dos caras*.
*[NT: 猫を被る- fingir amabilidad.]
Hmm, ya veo, no hay razón para que ella no sea popular. No lo había pensado porque siempre la vi como una amiga, tal vez sea cierto.
Pero no está saliendo con nadie, ¿verdad?
Hmm…
Ella vino a mi habitación, me cuidó e incluso cocinó algo de comida.
Si tiene un novio, estoy seguro de que estaría lleno de heridas al saberlo.
***
Después de que terminara la última clase, Kazama se acercó a mí…
—Sawatari, ¿estás libre hoy?
—Sí, no tengo nada que hacer en particular.
—¡Genial! Entonces vamos a la librería. Hoy van a sacar el primer volumen de Moe Pudding H**l Ride. Te dejaré leerlo… más tarde.
—No, está bien. Quiero decir, ayer tuve una experiencia horrible por culpa del libro Ero que me obligaste a leer.
Le pedí prestado a Kazama un libro llamado Te mimaré hasta la muerte… la hermosa edición de Onee~san h**l ~ grité Babuu en el fin del mundo ~, por eso, me he convertido en un pervertido extremo ante los ojos de Kokoa.
Bueno, él no es un mal tipo, sólo un gran idiota.
Yo también soy un poco otaku, pero no puedo compararme con Kazama. Probablemente sea por esta afición que él quiere juntarse con gente como yo.
—No me digas, ¿vas a ir a comprar esos libros de ero otra vez?
Mientras estábamos a punto de salir del salón. Nuestra conversación fue interrumpida por una fría pero familiar y dulce voz.
—No no… no he dicho que vayamos a comprarlo. Pero, Kokoa, ¿por qué estás aquí? ¿Buscas a alguien?
—… Me prometiste… Espera, no te vas a comer todo el helado tú solo, ¿verdad? De todos modos, si tienes algo que hacer, lo dejaré para la próxima vez.
—Sí, así es. Hoy, le prometí a mi querido amigo Kazama que iría con él. ¿Podrías dejarnos ir… por favor?
Kazama se burló.
—¡Ahahaha! Ohhh… es que recuerdo que tenía que hacer unos mandados. Eh, bueno, lo siento. No creo que pueda ir a la librería. ¿Estarás bien tú solo, querido hermano?
—Diablos, ¿de qué estás hablando? Tú eres el que me invitó en primer lugar.
—Bueno, entonces, ¡nos vemos colega! ¡Nos vemos luego!
Sin perder tiempo Kazama salió corriendo…
—¿Le pasa algo a ese tipo en la cabeza?
—…
Kokoa se quedó boquiabierta mirando cómo Kazama se alejaba.
—¿Será que es tu tipo?
—¿Qué…? ¿Eh?
—Bueno, tienes la cara roja. Me pregunto si es amor a primera vista.
—…
Kokoa me miró con una mirada mortal en sus ojos.
¿Qué pasa? ¿He dicho algo raro? No, no quise decir nada con eso. Sólo intento burlarme de ella como siempre.
-Ella se alejó-.
—Espera, espera, espera. Sólo era una broma. Por favor, no te enojes.
—…
—¡Qué! ¡Deja de ignorarme! Eh, eh, ¡espera un momento!
La perseguí.
—Lo siento, sé que estás enfadada. Parece que te he molestado mucho. Siento haber sido tan insensible. Por favor.
Me incliné ante ella.
Aunque no sé por qué, pero, parece que la he incomodado. En un momento así, lo único que puedo hacer es disculparme sinceramente.
—¿Qué…, qué estás haciendo? Es vergonzoso, por favor, levanta la cabeza. ¡Ya basta!
Levanté mi cabeza, los estudiantes que caminaban a nuestro alrededor me miraban, preguntándose qué estaban haciendo estas personas.
—Ha~ Dejen de hacer esto, ¿qué se supone que debo hacer con ustedes? Por qué… Ha~ Geez–
Kokoa se desplomó decepcionada.
No estoy seguro de lo que hay en su mente, tal vez está sintiendo oleadas de emociones, ira y decepción. Pero no sé cómo calmarla.
Lo único que sabía era que yo había sido insensible.
—Está bien. Pero, tienes que invitarme a un helado.
—Por supuesto.
El centro de la ciudad estaba justo en nuestro camino a casa, a un pequeño desvío, lo suficientemente cerca como para ir a pie.
Seguí a Kokoa hasta una esquina de dulces. Había una nueva tienda especializada en helados.
En la tienda, un vendedor estaba extendiendo el helado finamente en una placa de hierro fría, luego lo enrollaba en un cilindro y lo disponía en un recipiente de copa.
Otro vendedor coge la copa llena de helado y se la pasa al cliente con aderezos como nata montada y galletas.
Cogí dos helados del vendedor y me acerqué a Kokoa, que estaba esperando en una mesa, y le di uno de los helados.
Kokoa cogió su teléfono y sacó algunas fotos.
—Aww, qué helado tan bonito. Es el mejor. Es tan relajante.
—Hee~ ¿Vas a publicarlo en Insta? A las chicas les gustan mucho estas cosas.
—No, no es así. No soy así, es sólo una aplicación genial para aquellos usuarios que quieren compartir su experiencia con alguien conocido. Sólo hago fotos. No tienen un significado profundo.
Ella abre su boquita como puede. Y muerde el helado desde la esquina.
—Mmm, está delicioso.
Parece feliz.
Valió la pena. Quién iba a pensar que un simple helado la haría tan feliz.
—Me alegro de oírlo, gracias por la cena de anoche. ¿Quieres otro? Yo pago.
—No hay necesidad de que te preocupes. Si dices eso, me sentiré preocupada. Ya estaba en deuda contigo desde ese momento. ¿Te acuerdas?
—¿Deuda? Hmm, ¿estás hablando de nuestro viaje a Disney Land?
—¿De verdad? ¿Te acuerdas?
Ella se sorprendió.
—Cómo podría olvidarme de eso. Bueno, muchas cosas pasaron en ese entonces…
Estaba deprimida tras la muerte de su padre…
Quería que se animara, así que acabé usando todos mis ahorros para llevar a esta chica a su parque temático favorito.
—Oh, ya veo, te has acordado… ya veo.
Kokoa murmuró alegremente una y otra vez, repitiendo como un hechizo.
—Bueno, así es.
—¿Qué? ¿Dije algo extraño?
—No, no importa.
Por alguna razón, sonrió.
No podía entender realmente cuál era la razón de su sonrisa…
***
~Fideos Tantan con un tazón de arroz blanco~
Después de devorar la deliciosa cena, me di un baño y salí al balcón para tomar un poco de aire fresco y mirar el cielo nocturno.
No pretendía hacerme el elegante ni tratar de ver las estrellas, no es que se pudieran ver bien desde aquí.
Sé que las estrellas se ven más bonitas en el campo, pero yo estaba aquí en la ciudad y tenía que lidiar con lo que veía.
La contaminación de todo lo que hay en la ciudad siempre distorsionaría esta vista tan brillante y hermosa que nos daba la naturaleza.
Pero me encantaba ver un cielo nocturno tan brillante, por muy contaminado que estuviera.
-Traqueteo
Miré hacia el origen del sonido y vi a una persona salir al balcón de al lado.
—¿Ya cenaste?
No pude ver su cara, pero su voz pasó claramente del otro lado.
—Sí. Un gran conjunto de fideos Tantan con arroz simple.
—¡Ja! Siempre te digo que no seas exigente con la comida.
—Lo intento. Pero es difícil tener una comida equilibrada, empieza a ser bastante caro rápidamente, ¿cierto? Estoy aprendiendo a cocinar por mi cuenta. Iré paso a paso.
—La próxima vez, asegúrate de reducir un poco los carbohidratos e incluir verduras.
—Cortar los carbohidratos significa que siempre tendré hambre. De todos modos, ¿cómo estás disfrutando del aire fresco?
—Decir algo así. Yū, eres pretencioso, ¿no es así? Sí, lo eres. Estoy segura.
—… Sólo quiero un poco de aire fresco. ¿Te parezco un idiota?
—Eso es gracioso. Es gracioso, porque Yū está registrado en mi diccionario como un “imbécil” cada vez que llega el momento.
Kokoa tose y continúa.
—Aunque no cuentes con algo como una estrella especial, se sabe que la capa de luz que brilla en el suelo despejará la oscuridad, ¿era así?.
—¡Oh!
—Eso es lo que me dijiste hace mucho tiempo.
Efectivamente, una vez la animé contándole esta historia cuando estaba deprimida.
—Parece que lo recuerdas…
—Porque aquella vez no sabía qué decir. Intentaba encontrar la manera de animarte. Pero espera, ¿qué es ese diccionario? ¿Estoy en él?
—No es nada… Ese no es el tema, de todos modos ¿cómo te sientes?
—¿No es ya necesario este tema?
—Claro, no importaba. No importa, pero me alegro de que estés bien…
¿Qué?
No estoy seguro de cómo responder.
—Entonces, digo que las cosas mejorarán. Estoy seguro de que encontrarás a alguien que te guste… Aunque hoy tengas un mal día, tendrás días mucho mejores.
Oh. Ya veo, parece que me ha citado para animarme de alguna manera.
—Está bien ahora. Gracias a ti, me siento mucho mejor. Nunca pensé que tú me animarías.
—¿Ja? ¿Y eso por qué? ¿No te alegra que te anime?
—No, no es eso. Pensé que me odiabas… pero ahora me alegro. Ayer me cuidaste y me siento mejor. Es todo gracias a ti que me siento mucho mejor, Kokoa. Te lo agradezco mucho.
—Um~
Puede que estuviera oculta a mi vista tras el otro lado de la pared, pero tuve la fuerte sensación de que estaba sorprendida por alguna razón.
No estoy seguro de lo que hice, ¿dije algo malo?
—No lo sé. Decir semejantes palabras con la cara seria, tan repentinamente. No puedo soportarlo…
—¿Eh? ¿Por qué?
—Bueno, lo que sea. Me alivia que estés bien. Por favor, ten cuidado de no resfriarte otra vez. No volveré a cuidar de ti si te pones enfermo esta vez.
Eso fue grosero.
Entonces, escuché pasos desde el otro lado de la pared seguidos de una puerta que se cerraba. Parecía que había vuelto a entrar.
—¿Qué diablos fue todo eso?
Volví a mirar al cielo nocturno, extrañado por la irracional actitud de enfado de Kokoa.
—No hace falta depender de algo como una estrella especial, se sabe que la capa de luz que brilla en el suelo despejará la oscuridad…
Nunca imaginé que mi yo del pasado me estaría animando en este momento.
—Esta chica, recuerda muy bien cada una de mis palabras.
Así que en ese momento mi esfuerzo por llenar su tristeza funcionó. Me alegro de que haya valido la pena.
—Debería volver a mi habitación.
Murmuré y miré al cielo nocturno.
El mar negro en el cielo de arriba parpadeaba maravillosamente, por mucho que los humanos lo golpearan.
Kazama, que me invitó a jugar hoy después de la escuela. Kasugai, que se tomó la molestia de hablar conmigo durante el almuerzo.
Estaban preocupados por mí.
E incluso ella, Kokoa. Se ocupó de mí y me animó.
Sentí un calor acogedor en el fondo de mi corazón.
—El antiguo yo tenía razón.
Volví a mi habitación murmurando cosas así.
***
Mientras recordaba la conversación que tuvimos en el balcón, empecé a arrepentirme de lo que acababa de hacer.
Intentaba actuar con frialdad, aunque me había prometido no actuar de forma tan pretenciosa.
—Ayer me cuidaste y me siento mejor. Es todo gracias a ti que no me estoy pudriendo en mi cama, Kokoa. Realmente te lo agradezco.
Cuando intenté animarlo, su respuesta fue demasiado honesta como para que yo pudiera manejarla
No, no era eso, lo sabía. Yū puede ser un tonto, pero sigue siendo honesto y educado.
Después de expresar su gratitud él da un agradecimiento amable y directo, lo cual es impensable dado su actitud habitual. No es como el Yū de siempre, pero es Yū.
Lo sé porque estoy familiarizada con él.
—Mou~. ¿Qué estoy haciendo?
Estoy segura de que no le importará mi comportamiento grosero. Umm… pero este sentimiento de derrota personal.
Debería haber mantenido el control sobre mis palabras y tener cuidado de no revelar mis verdaderos sentimientos.
Soy mi peor enemigo. —Sé fría y disciplinada, por el bien del amor, doncella.
Qué demonios estoy diciendo…
Hoy me he enfrentado a muchos problemas.
Durante la pausa del almuerzo, iba a ignorarlo, pero inconscientemente fui a su clase. Después de llegar hasta allí, decidí comprobar cómo estaba y volver rápidamente a casa, pero me topé con él y tuve que huir.
Después de la escuela, me encontré con su mal compañero de clase.
Es más, Yū se burló de mí sugiriendo que podría estar enamorada de su amigo.
Sólo pensar en ello ahora me hace vomitar, y me siento aún peor por reaccionar a sus palabras.
—Uu~~
Me acurruqué y abracé mi almohada. Me revolqué sobre la cama en agonía.
Estoy muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy enfadada. Es vergonzoso… Me enfurecí aún más.
Dios, qué desastre. Estoy segura de que mi cara está tan roja como una manzana ahora mismo.
—Ya debe estar mejor… Me alegro de que ya no esté deprimido.
Después de escuchar el sonido de la puerta de al lado, fui a ver cómo estaba. La brisa era tan agradable que me hizo recordar los buenos momentos que habíamos pasado allí.
Probablemente estaba recordando los momentos de su amor olvidado. Debe estar deprimido.
No quiero que esté triste… le animé.
.
.
.
—Bueno, si él se siente mejor, entonces está bien.
—Kokoa, es gracias a ti que me siento mucho mejor…
Una vez más recordé sus palabras que hicieron que mi corazón se agitara.
No pude contener mi sonrisa.
Podía sentir el amor desbordándose dentro de mi corazón.
Cogí mi móvil de la mesa y miré las fotos que había hecho hoy… Hmm, rollo de helado. Me encanta el helado. Pero esta tarde era el mejor que he probado.
Siempre me ha gustado el helado porque está frío, pero es dulce y se derrite suavemente en la boca, y la forma en que se derrite es divina.
—¿Lo vas a compartir en Insta? A las chicas les gustan mucho estas cosas, ¿no?.
—No. Sólo estoy tomando una foto. No es lo que piensas.
No tiene ningún significado profundo.
Sólo quería tomar una foto del helado que Yū compró para mí. Eso es todo lo que quiero.
Besé la foto del helado.
No pude evitar sentir que mis mejillas se relajaban.
—¿Qué estoy haciendo?
Después de eso, estaba profundamente decepcionada de mi acción. Definitivamente no quiero que nadie viera esta escena.
Es demasiado desagradable. No, es asqueroso.
—Bueno dejando eso de lado. Parece que sigue comiendo comida poco saludable a pesar de que lo regañé ayer.
Es importante que tenga una dieta adecuada, volverá a enfermar si sigue comiendo como lo hace. No sé si me estoy entrometiendo, pero tengo que mantenerlo controlado.
Hablando de eso…
Sigue ahí… en el fondo de mi cajón. Lo había preparado con la esperanza de tener la oportunidad de usarlo.
Ahora que lo pienso no lo he usado ni una sola vez.
Pero creo que este es el momento adecuado. Sería una pena no usarlo nunca, y ahora tengo la oportunidad, así que debería usarlo.
Apagué la luz y pensé en las formas de usar esa cosa.
***
Después de un nutritivo desayuno, me senté tranquilamente en la mesa cuando sonó el timbre de la puerta. En el monitor del interfono vi que Kokoa me estaba esperando, suspirando.
Abrí la puerta y Kokoa me saludó antes de apartar la mirada aturdida.
—Buenos días.
—Buenos días… ¿Qué tal?
—Me preocupaba que te hubieras quedado dormido.
—No, no lo hice. Soy una persona madrugadora.
—La gente se cansa cuando hace algo a lo que no está acostumbrada. Debes haber estado agotado después de tener un largo día de clases. Y sólo porque lo hicieras ayer no significa que puedas hacerlo hoy también.
—Así que te preocupaba que me quedara en casa. No te preocupes, ya he terminado de desayunar y estoy listo para volver al trabajo.
—Me alegro de oír eso. Bueno, todavía queda algo de tiempo antes del colegio. Ve a arreglarte, yo te esperaré aquí.
—Oh.
Volví a mi habitación para arreglarme, pero un pensamiento cruzó mi mente… Espera, ¿está planeando ir a la escuela conmigo? ¿Por qué de repente…?
Salí de la habitación después de arreglarme y ella estaba allí esperándome.
—¡Eh! ¿De verdad quieres que te acompañe? Aunque vayamos juntos a la escuela, no te compraré un helado.
Me miró con su habitual desdén.
—No estoy pidiendo un helado. ¿Qué tipo de persona crees que soy?
—¿Entonces por qué haces esto? ¿Te preocupa que tenga miedo de ir solo? No tienes que preocuparme. Al menos puedo ir a la escuela solo.
—No hay ninguna razón en particular. Vamos a la misma escuela y ambos vivimos en el mismo edificio. En realidad, sería raro que no fuéramos juntos.
—Eso es cierto, pero…
Si ese fuera el caso, ¿no deberíamos haber hecho esto mucho antes?
Ella me odiaba antes. Y yo tenía una novia. Después de ese incidente, no sé, pero por razones desconocidas Kokoa se volvió más cercana a mí.
Supongo que las cosas han cambiado.
Salí de la habitación mientras cerraba la puerta con llave, y me bajé del ascensor. Caminé por la calle hacia la escuela sintiendo el aire fresco de la mañana rozar mi cara.
—¿No hacíamos esto hace tiempo, ya sabes, ir juntos a la escuela? Supongo que más o menos cuando entramos en el instituto… nosotros…
—Para ser exactos, en el primer año de la escuela primaria y la secundaria.
—¡¿Te acuerdas?!
—Por supuesto que sí.
Afirmó ella.
Se sentía natural, como si estuviéramos reviviendo la escena de nuestros recuerdos.
—No estoy seguro de por qué dejamos de ir juntos en aquel entonces. ¿Por qué no fuimos?
—Eso es porque se burlaban de ti.
—¿Se burlaban? Oh.
Así es.
En la primaria, el amor era un tema popular en la clase. Mis compañeros se burlaban de mi relación con Kokoa, diciendo que estábamos saliendo.
—Ahora lo recuerdo. No me importaba, pero ¿por qué decías que no debíamos estar juntos?
—Me preocupaba todo el tiempo.
—No deberías haberte preocupado por eso. Frustrarse es una gran pérdida de energía.
—En cuanto a mí, me preocupaba porque se burlaban mucho de ti.
—No, en realidad nunca me importó que se burlaran de mí. Me sentí mal porque dejaste de hablarme.
—Verás, la cosa es que…
—¿Eh?
—No-no, ¡no es nada!
—Si hay algo que odias, puedes decírmelo. Haré lo posible por cambiarlo.
—Cielos. No estoy hablando de eso. ¿Qué te pasa?
Su temperamento se está encendiendo, pero no tengo ni idea de por qué. Tal vez sus sentimientos son más frágiles de lo que imaginaba.
—Bueno, hay algo que quiero…
—Sí.
Kokoa respiró profundamente y dijo:
—¿Qué vas a almorzar hoy, Yū?
—Quiero ir a la cafetería de la escuela. Pero como no tengo suficiente dinero, sólo compraré un poco de pan.
—¿Te gustaría compartir mi almuerzo?
—¿Eh? ¿Tu almuerzo? Kokoa, ¿por qué?
—Ah… he hecho demasiado. Por eso me preguntaba.
—No, me encantaría tenerla.
Estaba nervioso. Ella se esforzó tanto en cuidarme y ahora, ¿me ofrece su almuerzo?
Me alegro de que se preocupe por mí, pero tal vez…
—No me digas. No estarás pensando en hacerme comprar un helado, ¿verdad?
—¡No lo haré! Si no lo quieres, no te lo daré.
—No-no. Dámelo. Lo quiero. Ya estoy cansado del pan. Pero Kokoa. ¿Qué tienes en mente? Quiero saber la verdad.
—¡No estoy planeando nada! No lo quieres, ¿verdad? No quiero alimentar a la fuerza a alguien que no quiere comer. Entonces, comeré dos almuerzos sola. Me llenaré de un montón de comida. Y será tu culpa si engordo.
Ehh, ¿habla en serio? Definitivamente hay algo en su mente.
—Oh-No. Te agradeceré que me lo des. Realmente quiero comer tu almuerzo. Por favor, no engordes por mí.
—Bueno, si insistes, visitaré tu clase a la hora del almuerzo.
Me sentí aliviado por un momento, pero pronto me di cuenta de que eso podría causar otro problema. ¿Significa que comeremos juntos en mi clase?
¿En serio?
.
.
.
Como era de esperar, Kokoa vino a mi clase y me ofreció su almuerzo sin dudarlo.
—Aquí tienes tu almuerzo. Entrega completa.
—¡¡Realmente viniste!!
—Por supuesto, lo prometí.
Me miró con desdén y luego tomó un suspiro.
—Es un alivio que tu habitual actitud despreocupada haya vuelto. Pero todavía te faltan modales.
—Los modales varían mucho de una cultura a otra y de una persona a otra. Sólo intento reavivar mis lazos con un querido amigo.
En los últimos días, he aprendido que ella es una amiga con la que puedo hablar casualmente. Gracias a ella, he adquirido la confianza necesaria para hablar tranquilamente.
En fin.
—¿Sabes qué? Me preguntaba. Si me lo hubieras dado por la mañana, no habrías tenido que entregarlo durante tu descanso para comer.
—Bueno, eso es cierto. Pero espera… ¿quieres decir que soy molesta?
—Oh no, eso no. Me refiero a que si es una molestia para ti. Y sobre todo…
Mis compañeros nos miraban con curiosidad. Ayer, Kazama me dijo que Kokoa es como un ídolo escolar.
Si una chica así entraba en nuestra clase, era natural que la clase, sobre todo los chicos, sintiera curiosidad por lo que ocurría.
Por supuesto, algunos de ellos plantearon preguntas sobre nuestra amistad.
Después de señalarlo, Kokoa miró a su alrededor y se sonrojó avergonzada.
—¡No hay nada de qué preocuparse!
—¿Es así? Creía que eras tú quien se preocupaba por esas cosas.
—Sí, eso era cierto en el pasado. Pero ahora estoy en el instituto. Mientras no se pasen de la raya, ¡puedo manejarlo!
No. No importa cómo la mire, está avergonzada. Supongo que no se esperaba esto.
—¡No pienses en ellos!
—Así es. No serás popular si entras en esos detalles.
Mientras pensaba, Kazama, la persona sentada a mi lado se unió a la conversación.
—Estoy tan celoso, sabes que estás comiendo el almuerzo casero de una chica, ¿verdad? A mí también me gustaría tener un amigo de la infancia, ¿crees que puedo encontrar uno por aquí?
—Yo tampoco te voy a dar mi amigo.
—Jaja, eres un tipo tan mezquino. ¿No hay ninguna posibilidad?
—¿Cuántas posibilidades crees que hay de que manipules el pasado para conseguir un amigo de la infancia? Tus expectativas son demasiado grandes.
—¿Nunca se sabe? Tal vez no recuerde que tengo un amigo de la infancia. Por ejemplo, hay una pequeña caja de pasteles. No sabes si hay un amigo de la infancia dentro hasta que la abres, ¿verdad? En otras palabras, el amigo de la infancia de Schrodinger.
—No tengo ni idea de lo que quieres decir con eso, y no creo que se pueda meter un amigo de la infancia en una caja de pasteles.
—Bueno, dejemos al frío y realista de Sawatari. Hola, Shirayuki-san. Ha pasado mucho tiempo desde ayer. Soy Kazama. Que se escribe como el camino del viento. Encantado de conocerte.
No voy a escribir eso. Y qué hay de la pausa(間).
—Gracias, soy Shirayuki.
Ella se inclinó un poco.
—Oh wow ¿qué es? Va a ser una gran fiesta de almuerzo. Me pregunto si hay alguna manera de unirme a vosotros.
Kasugai también vino a nuestra mesa.
—No voy a decir que estaba planeando almorzar con ustedes, pero…
—Pero Shirayuki-san trajo dos almuerzos para ti.
Dicho eso, noté que también tenía un almuerzo para ella. ¿Será que quiere comer conmigo?
—Ah~ o tal vez quieres comer con ella. Kazama-kun, parece que no debemos interferir.
—¡Por favor, espera! ¡No es así! Pensé que sería extraño entregar los almuerzos y comerlos por separado. Estaba a punto de irme si había alguien.
Su cara se sonrojó al negarlo. Todavía no es buena con este tipo de bromas.
—Ustedes dos son libres de unirse a nosotros.
—Bueno, supongo que lo haré. ¿Y tú, Kazama~cchi?
—Desgraciadamente, no tengo almuerzo, así que iré a la cafetería.
Después de decir eso, Kazama pegó su mesa a la mía y salió del aula. Y entonces Kasugai trajo una silla de su propio asiento y la colocó frente a las mesas combinadas.
—Bueno, comamos juntos.
—S-Siento molestarte.
Kokoa se sentó en la silla de Kazama y colocó los almuerzos alrededor del escritorio.
—Cielos. Sawatari-kun, tienes una chica guapa en cada brazo. Deberías tener una cita doble conmigo y con Shirayuki-san, las dos somos idols escolares populares, para que los chicos empiecen a intentar matarte mañana.
Admiro la personalidad desvergonzada de Kasugai que le permite presumir de su propia popularidad sin vergüenza.
—Hablas con Kokoa como si fuera algo natural, ¿os conocéis?
—Estábamos en la misma clase en el primer año. ¿Ni siquiera conoces nuestra anterior clase? Qué decepción. ¿No estás demasiado desinteresado en otras personas?
—Recuerdo la clase de Kokoa, pero no sabía que estabas en ella.
—¡Espera! No te interesas por mí Yucchi. Estoy llorando…
Ni siquiera estoy seguro de haberla conocido en ese entonces.
—¡Eh!
Kokoa exclamó sorprendida.
—¿Qué pasa Kokoa?
—No, sólo me sorprendió que conocieras mi clase.
—Es cierto que entonces estábamos distanciados, pero somos amigos de la infancia, ¿no? Si fuerais al mismo instituto, al menos averiguaría en qué clase estabas.
—¡Así que es por eso!
Sus mejillas enrojecieron, miró hacia otro lado y comenzó a abrir su caja de almuerzo.
¿Qué pasa? En aquella ocasión me odiabas, ¿no te acuerdas? ¿Por qué sonríes?
—Ah~, Yukki, pareces tan feliz.
—No, no lo estoy. ¿Y qué eso de “Yukki”?
—¡Un apodo que te acabo de poner! Es “Yukki” de Shirayuki. ¿No es bonito tener el mismo nombre que Yucchi?
—¡No, no lo es!
Es demasiado confuso, ella debería inventar un nombre mejor.
—Por cierto, Koko-cchi es demasiado femenina. Da miedo que la comida parezca tan deliciosa. Debes ser una buena cocinera.
Kasugai admiró su cocina. Parece que decidió llamarla Koko-cchi.
Ciertamente, la comida se veía deliciosa. Kokoa tiene una caja de almuerzo de forma ovalada, mientras que Kasugai tiene una de forma rectangular.
El almuerzo de Kokoa estaba lleno de arroz blanco espolvoreado con semillas de sésamo, mientras que la otra parte estaba llena de una variedad de coloridos platos de acompañamiento.”
—La mayoría son platos fríos porque es mejor que hacerlos uno mismo.
—Pero Koko-cchi hizo este rollo de huevo y esta ensalada de espárragos e incluso la salchicha está bien preparada.
—Suelo preparar los huevos con antelación, y la ensalada es lo que sobró de la noche anterior. Mientras que la salchicha no requiere mucho esfuerzo.
—Es increíble que puedas decirlo como si no fuera la gran cosa. Es la prueba de que eres una buena cocinera.
Los elogios de Kasugai fueron recibidos con vergüenza por parte de Kokoa.
Parece que, aunque fueron compañeras de clase, no eran tan familiares hasta ahora.
—Estoy de acuerdo con Kasugai. Ella es buena. Las gachas que hizo estaban deliciosas.
—¡Oh! ¡Así que cocina para ti!
Había una chispa en sus ojos.
Kokoa me miró como diciendo, has sacado un tema problemático.
Definitivamente era mejor evitar el tema. Sí. Siento que he creado una oportunidad para que se burlen de mí.
—B-bueno, estaba resfriado y casualmente cociné para él. Sería problemático que muriera de hambre.
—¡Ho! Estoy tan celosa. Yo también quiero resfriarme. Yucchi ¿no quedan algunos virus, puedes pasármelos? Di, ahhhh.
—No te lo voy a pasar. Y no apuntes con tus palillos a la boca de la gente, es de mala educación.
—¿Pero sabes qué? A este paso, Yucchi va a revivir pronto. Me alegro.
—¿Qué quieres decir con “revivir”? Sí, bueno, estoy bastante fuera de forma.
—Es por la comida. La comida es importante. Si comes comida sabrosa, te hará sentir mejor. La buena comida nutre el alma.
Kasugai pronunció esas palabras sin dudar. Es su tonta forma de hablar distraídamente. Probablemente es su manera de hacer que los demás se sientan cómodos.
Ella es inteligente, aunque notó el nerviosismo de Kokoa y trató de animarla.
—Bueno, vamos a comer. Itadakimasu.
Mientras Kasugai juntaba sus manos y decía: Itadakimasu.
Mi almuerzo estaba tan delicioso que no pude evitar soltar un sonido de placer.
Delicioso…
Me alegro.
Kokoa respondió alegremente.
***
Cuando terminaron las clases, recibí un mensaje de Kokoa.
“Voy a hacer la cena, así que vamos a comprar juntos”.
(… ¿Por qué?)
Cuando salí del aula, vi a Kokoa esperándome fuera.
—Acabo de comer tu almuerzo y ahora me preparas la cena. ¿Por qué? Puedes ver que no estoy enfermo y mi cuerpo está perfectamente en forma y bien.
—Por eso estoy aquí. ¿Sabes lo importante que es comer bien después de recuperarse? Puede parecer que estás bien pero aún te estás recuperando. Bueno, si no quieres la comida entonces me iré.
—Espera, no he dicho que no vaya a comer. Por favor, déjame comer tu comida.
—¿Por qué no pudiste ser honesto desde el principio?
Porque no pensé que estuvieras tan preocupada por mí.
Supongo que estaban preocupados por mí, por mi ruptura.
Desde que volví a la escuela, Kazama me ha acompañado más de lo habitual.
Kasugai también, estoy seguro de que no estaban tan unidas como antes.
—Sabes, Kokoa. Creo que soy muy afortunado.
—¿Qué pasa? ¿Te has golpeado la cabeza en algún sitio?
—No tienes corazón. Sabes que en realidad estoy agradecido contigo.
—Ese es un buen pensamiento. Espero que lo recuerdes el resto de tu vida. Y asegúrate de agradecerme todo lo que puedas.
—Estás esperando mucho, ¿no?
—Me pregunto.
Se burló de mí. Después de ver su sonrisa así, me convencí de que estaba realmente preocupada.
—Es jueves. Eso significa que habrá una venta del 50% en alimentos fríos justo delante de la estación. Es una buena oportunidad para abastecerse y para que lleves algo de equipaje.
—Serás una buena esposa, ¿sabes?
—… ¿Vienes?
—Jaja, como quieras.
—… Baka.
Cuando acepté, escupió insultos como si quisiera cortarme. Como en los viejos tiempos.
Mientras los cálidos rayos del atardecer golpeaban su cara, sonrió y se adelantó.
***
Es divertido verla hacer la cena, me da una gran sensación de alegría.
El sonido del corte era tan relajante que me sentí adormecido. Como tenía sueño… me levanté y me acerqué a Kokoa y le pregunté si podía ayudarla en algo.
—Bien, ¿podrías poner arroz y sopa de miso? Y los palillos también, pronto estará hecho, -respondió Kokoa-.
Llevaba un bonito delantal sobre el uniforme escolar.
Después de servir el arroz y la sopa de miso como me había pedido, trajo platos de salmón a la parrilla, ensalada, huevos fritos y otros platos que nunca podría hacer yo mismo.
Nos sentamos a cenar en el salón y dijimos: Itadakimasu.
—Lo compré porque estaba en oferta. Te gusta el salmón, ¿no?
—Te acordaste… Hacía mucho tiempo que no comía un salmón tan sabroso.
—Es bastante fácil, sabes. Puedes comprarlo y cocinarlo tú mismo. Sólo tienes que hornearlo.
—Es la parte más difícil. No sé cómo ajustar el calor. Ni siquiera sé lo básico, aunque lo lea del manual. Quería gritar cuando me lo explicaban. ¿Qué es una cucharadita? ¿Cuál es la cantidad correcta?
—Suenas como un anciano que ha sido expuesto a las tecnologías modernas. Tienes un teléfono inteligente, ¿no? ¿Por qué no buscas con más detenimiento?
—Aun así no lo entiendo.
—Oh, bueno, no puedo evitarlo. La próxima vez, te enseñaré a cocinar. Sería más conveniente que pudieras hacer la sopa de miso tú mismo.
Eso sería una gran ayuda. Siempre he querido ser capaz de hacer mi propia sopa de miso.
—¿Qué tal pasado mañana o el sábado? ¿Tienes algo que hacer?
—Creo que puedo hacerlo por la noche, porque… tengo algo que hacer por la tarde.
Miré hacia mi habitación.
No podía verla desde aquí, pero dirigí mi mirada hacia el recuerdo que ella dejó en mi escritorio.
—Lo siento…
Kokoa se disculpó como si supiera lo que pensaba hacer.
—No es tu culpa. No hay necesidad de disculparse y mira, estoy completamente bien.
—Eso es cierto… pero…
—Si actúo de forma patética, entonces puedes regañarme después. Eso es todo lo que necesito. Así que… pasaré el sábado. Existe la posibilidad de que acabemos hablando demasiado. La madre de senpai se siente mejor cuando hay alguien con quien hablar.
—Ya veo. Bien, ¿entonces el domingo te vendría bien?
—Sí, por favor.
Quizás Kokoa pensó que había pisado una mina terrestre. Quería ayudarme, pero mencionó a senpai en el momento equivocado.
Podía sentir que estaba evitando el tema.
—Está bien, de verdad. Me estoy recuperando gracias a ti. Por eso estamos comiendo juntos, ¿no?
—Ah…
Pude ver cómo la luz volvía a su rostro.
—Gracias, Kokoa. Me has salvado la vida.
—Es muy amable de tu parte, pero por favor no exageres tanto. Me parece vergonzoso.
—Pero sólo estoy diciendo la verdad.
—Por favor, para. No quiero hablar. Es de mala educación hablar mientras se come.
Después de la cena, vimos televisión y nos reímos un rato antes de que ella dijera que era hora de bañarse y regresar a su casa.
—Ahora, yo también debería bañarme.
Me dije para combatir la soledad que sentía. Antes de dirigirme a la cocina, volví a mi habitación y miré la foto que había en mi escritorio.
Es un recuerdo de senpai.
Quiero superar mi desamor, pero no quiero olvidar esos sentimientos.
Más bien, iba a mantener esos sentimientos en mi corazón hasta el día de mi muerte.
Senpai, la persona que amé.
Mi primer amor. No, la persona que aún amo.
La persona de la que estaba enamorado. Pero alguien que ya no está con nosotros.
La persona que nunca olvidaré por el resto de mi vida.
La persona que más quería… murió en un accidente de tráfico.
***
La novia de Yū murió.
El día después del accidente, me enteré del hecho en mi salón de clases.
—Ah… ¿Cuál era su nombre? – Sí, Aida-Senpai del Club de Música, ¿verdad? La atropelló un camión y murió.
—No puede ser… ¿No tenía un novio en nuestro curso?
Su conversación me llamó la atención, sinceramente me sorprendió.
Me levanté apresuradamente de mi asiento y pregunté,
—¡Disculpen! ¿Pueden hablarme de ese incidente?.
El resto de la clase me miró sorprendido porque normalmente nunca levanto la voz.
Esa hora del almuerzo, visité el aula de Yū.
Como me temía, ese día estaba ausente.
Podía aparentar frialdad e insensibilidad, pero por dentro era muy sensible, mucho más que yo o cualquiera de nuestro curso.
Y apreciaba a su novia más que a cualquier otra cosa.
No vino a la escuela. Debía de estar en casa, con el estómago revuelto, llorando de dolor mientras tenía arcadas de dolor.
Lo entendía muy bien.
Por un momento, me detuve frente a su casa, preguntándome si debía llamar al timbre.
Tal vez no debía entrometerme, qué tal si está afligido en silencio, qué tal si quiere estar solo. Después de pensar en todas estas cosas, me detuve.
Fui yo quien le odiaba y se distanció. Después de todo lo que dije, ¿cómo podría enfrentarme a él ahora?
Los pensamientos sobre él plagaban constantemente mi mente. ¿Debería visitarlo? ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarle?
Durante el almuerzo, visitaba con frecuencia su salón de clases para buscarlo.
Por la noche, salía al balcón y me asomaba a su habitación.
Alcancé su timbre una y otra vez. Pero no me atrevía a pulsarlo, mi dedo se negaba a moverse.
Nuestras casas están una al lado de la otra. Y, sin embargo, me parecía que estábamos a un mundo de distancia. No estaba segura de cómo acercarme a él.
Me preocupo por él. Sin embargo, no podía ayudarlo. Estaba tan frustrada que me sentía desanimada durante estos días.
—El río Asuka, donde el agua del río yace quieta, inmóvil. Una niebla interminable, desdibujando el camino, incapaz de ser comprendida. No es amor.
Me dolió el corazón al escuchar la palabra “amor” en el poema de Kamishiro-sensei.
También es la profesora de Yū. Me preguntaba si ella había escuchado algo sobre su ausencia en la escuela.
—En esta parte Akahito estaba describiendo su anhelo por Asuka. La palabra “amor” en este poema es ligeramente diferente del significado que la gente utiliza hoy en día.
—En la época en que se escribió Manyoshu, la palabra “amor” se utilizaba para describir la melancolía de un amor imposible.
Algo inalcanzable…
Es como mis sentimientos por Yū, que tiene un amante.
“En el Kojien (diccionario japonés), la palabra “amor” se explica así: Sentirse fuertemente atraído por alguien que no puede vivir contigo o por alguien que ha fallecido, y sentirse triste por ello. También se llama corazón”.
Es como su sentimiento de pérdida de un amante. Si es así, me pregunto cuánto le duele, cuando sus sentimientos ya no llegarán a su preciosa otra.
Ese día decidí visitarlo.
Después de la escuela, compré algunos víveres y me paré frente a su habitación (otra vez).
—Por favor, Dios del Valor, te lo ruego. Préstame sólo un poco de tu fuerza, sólo un poco.
No tuve el valor de decirle lo que sentía. Intenté escabullirme de esta situación, huir, odiarlo.
Pero ahora… no estaba segura de qué hacer, pero lo voy a hacer.
Estaba segura de que soy la única que puede apoyarlo. Porque lo conocí.
Mientras me negaba a rendirme, seguí llamando a su timbre. Pero no contestaba, así que le envié un mensaje.
Aunque había repetido este escenario muchas veces en mi cabeza, en el momento en que abrió la puerta y se reveló, me molestó tanto que solté un chillido inesperado.
—¿No es de mala educación gritar en la cara de alguien?
—Porque no esperaba que se abriera tan rápido.
Contuve la respiración.
—¿Dormiste bien?
—Estuve despierto. No me sentí lo suficientemente bien como para dormir… Entonces, ¿qué quieres?
—Umm… Me enteré de que habías estado ausente de la escuela durante mucho tiempo, así que…
Tengo que decírselo.
—Estoy aquí porque estoy preocupada.
En ese momento, me di cuenta de que todavía lo amo.
***
En una habitación de estilo japonés con seis alfombras, cubierta de polvo, me tomé una taza de té verde mientras hablaba con la madre de senpai.
Miré una foto suya en un rincón de la habitación, con una alegre sonrisa en la cara. Ansiaba volver a ver su sonrisa. Siempre estaba alegre…
—Pero, Sawatari-kun, me alegro de que te vaya bien.
La madre de senpai se parecía a ella y hablaba con una voz dulce. Es una mujer hermosa que parece tener unos 20 años a pesar de tener unos 40.
—Sí. Lo siento, pero hace unos días lo estaba pasando mal… no podía aceptar su muerte. Estaba en shock e incluso consideré el suicidio en un momento dado.
En aquel entonces, senpai solía decirme que está bien compartir tus preocupaciones diciendo,
“No te hagas el duro como si no pasara nada”.
Esta es su casa.
Aunque ella falleció, nunca supe si me miraba.
—Pero eso es porque la querías, ¿no? Gracias. Estoy segura de que ella estaría feliz de escuchar que estás bien ahora.
—No lo sé. Si le digo que quiero morir, se enfadaría y se burlaría de mí, diciendo: Qué pérdida de tiempo cuando puedes disfrutar de estar vivo.
—Fufu~. Le has prestado mucha atención, ¿verdad? Sí, eso es exactamente lo que ella diría. Es una pérdida de tiempo lamentarse durante mucho tiempo.
Me enamoré de ella por su optimismo, por su alegría incluso en los peores momentos.
Al principio, la admiraba. Deseaba poder pensar como ella, sabiendo que mi vida sería más feliz si pudiera hacerlo.
Era como un girasol brillante, ya que yo no era bueno para ver el lado bueno de las cosas.
Esa admiración no tardó en convertirse en amor.
—Pero es algo humano sentirse triste. No te preocupes por ello, no eres culpable de nada. Recuerda cuando quieras recordar y olvida cuando quieras olvidar. Seguro que ella te hubiera dicho lo mismo.
Ella, que era tan cariñosa, aunque seguía deprimida por ello, es sin duda la madre de senpai.
—Lo haré. Hoy he venido a esta casa para hablar contigo de ello.
Me llevaría algo más de tiempo recuperarme del todo, pero si me quedo triste para siempre, no podría hacer nada por ella (senpai).
Quiero asegurarme de hacer todo lo que pueda, para que ella (senpai) no se preocupe más.
—No, no. No puedo salir contigo. Te has portado muy bien conmigo. No es que no lo haya pensado antes, pero…
—Entonces, ¿qué piensas de mí?
—No, quiero decir que me gustas. Ah, me da vergüenza decirlo.
—¡De verdad! ¿Te gusto? ¿Puedes repetirlo, por favor?
—No, no puedo decir algo tan embarazoso una y otra vez. Además, no quiero decirlo ahora, lo dejaré para más adelante.
—Oh, ¿quieres decir que lo dirás otra vez? Mantendré tu promesa en mi corazón.
—¡No lo haré! Por ahora, puedo salir contigo, pero estoy preocupado. Me preocupa lo que pasará si rompemos.
—Un momento, ¿por qué te preocupa lo que pasará después de nuestra separación?
—No, porque eres muy amable, pero eres dura. Siento que voy a ser una molestia para ti. No sé cuánto tiempo nos gustaremos, e incluso si no rompemos, si me pasa algo, ¿estarás bien?
—Senpai, eres rara a tu manera.
—Solo me niego por adelantado a vivir cada día al máximo. Ah, y no me digas que estará bien si rompemos. Será duro para mí también.
—Uf, estaba a punto de decirlo… No esperaba que me rechazaran incluso antes de intentarlo.
—¿Es así? Convertiré tus colores en los míos si decides estar conmigo.
—Haré lo posible por ser como tú.
—Creo que ya lo eres.
***
Probablemente porque ayer fui a casa de senpai, tuve un sueño nostálgico que quise volver a ver, pero no pude.
Cuando me desperté, me encontré con lágrimas en los ojos y me di cuenta de que estaba llorando en mi sueño.
Mis sentimientos me abruman, incluso en mis sueños.
Pero de nuevo…
Me froté los ojos y pregunté a mi móvil por el tiempo.
Es una costumbre mía, una rutina que siempre hago al despertarme.
-Hoy estará nublado y saldrá el sol en algunas partes.
Cuando salté de la cama y abrí las cortinas, el cielo estaba cubierto de nubes.
Si no hubiera escuchado el pronóstico, podría haber pensado que hoy llovería.
…*Pikon*
¿Un correo?
Mi teléfono vibró y lo cogí antes de comprobar la pantalla, que mostraba un mensaje de Kokoa.
—¿A qué hora debo estar allí?
Prometí aprender a cocinar con ella.
—Acabo de despertarme, así que ven cuando quieras.
—Vale, ya voy.
—Espera, espera, espera. Te he dicho que me acabo de despertar, ¿no? Todavía no me he lavado la cara y sigo en pijama.
—Dijiste que, en cualquier momento, ¿no? Pues entonces estaré allí en unos 20 minutos. Y de paso te prepararé el desayuno.
—Jaja, Kokoa-sama. Muchas gracias.
El intercambio terminó.
—Entonces, vamos a vestirnos.
Me di una palmadita en las mejillas y me quité el pijama, poniéndome rápidamente la ropa y mirando el cielo por la ventana (otra vez).
—Está soleado, incluso con las nubes allí… huh, qué mundo más raro.
A pesar de eso, se sentía más natural que si hubiera estado soleado todo el día.
Era una sensación suave.